Después del verano, con las primeras lluvias empiezan a aparecer las primeras y como a poco se van sumando ejemplares hasta llegar a estas fechas, en la que en los lugares apropiados (laderas rocosas, con poca vegetación que las sombree y donde la umbría mantenga humedad) se pueden llegar a ver densidades bastante impresionantes.
Se mantienen floreciendo durante todo el invierno y produciendo frutillos que al secarse dejan caer multitud de semillas (en la primera foto, a la derecha, se puede ver uno fruto, verde, en desarrollo). Mucho antes de comenzar el calor de primavera, las plantas desaparecen y no se sabrá de ellas hasta que vuelva a llover después del verano.
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