Las tardes se acortan, bajan las temperaturas y una tarde si otra no suceden tormentas de gran caudal... Esta es chispa que enciende la maquinaria fisiológica y bioquímica de hormonas para que los Ciervos Ibéricos comiencen su ritual más particular, LA BERREA.
Armados con imponentes cornamentas, los Ciervos Ibéricos que rinden a su instinto reproductor y estarán durante días sin comer y casi sin dormir para implicarse en encarnizadas luchas que les harán dueños y señores de un Harén de Ciervas con un único fin: garantizar el futuro de su especie y preservar los genes de los más fuertes.
Sólo unos pocos conseguirán perpetuar sus genes, la mayoría tendrá que esperar "su momento" y algunos firmarán durante la berrea su carta de despedida de la vida.
La Berrea es el sonido del Bosque Mediterráneo, es el latido de "las manchas" de jaras y brezos de la Sierra de San Pedro, de Monfrágüe o de Cabañeros.
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