Grano a grano, cargamento a cargamento, la isla indonesia de Nipah ha ido encogiendo hasta convertirse en un pedazo insignificante de tierra en el Estrecho de Malaca. Desde la distancia, en un día de tormenta, es imposible divisarla. Emerge al bajar la marea: un islote del tamaño de una cancha de fútbol defendido por los cañones de una patrullera de la armada indonesia. "Haremos lo que sea necesario para proteger nuestro territorio" dice un portavoz de la comandancia Marina en la vecina isla de Batam.
Nipah está a punto de dejar de figurar en los mapas después de haber sido víctima de los ladrones de islas. Llegan de noche, extraen toda la arena que pueden y la cargan en grandes buques con destino al mercado negro que nutre los proyectos de reclamación de tierras de todo el mundo. La presencia militar en Nipah es un intento de defender las últimas 0,62 hectáreas de su territorio y evitar que sufra la misma suerte que otras 24 islas de este archipiélago asiático. Su desaparición definitiva.
Nipah está a punto de dejar de figurar en los mapas después de haber sido víctima de los ladrones de islas. Llegan de noche, extraen toda la arena que pueden y la cargan en grandes buques con destino al mercado negro que nutre los proyectos de reclamación de tierras de todo el mundo. La presencia militar en Nipah es un intento de defender las últimas 0,62 hectáreas de su territorio y evitar que sufra la misma suerte que otras 24 islas de este archipiélago asiático. Su desaparición definitiva.
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